La siesta tiene el color del bronce,
el mes de Enero es mes de fuego.
Hasta el sol piensa: - Sería bueno
si yo pudiera llevar sombrero.
La sombra busca refugio propio
en un costado de la alameda
y se recuesta en las acequias
donde la tierra siempre está fresca.
Y allí... se encuentra mi perro
tendido cerca de un charco,
respirando con jadeos
y durmiendo como un vago.
Él es así, ya lo he dicho
el mes de Enero es mes de fuego.
Hasta el sol piensa: - Sería bueno
si yo pudiera llevar sombrero.
La sombra busca refugio propio
en un costado de la alameda
y se recuesta en las acequias
donde la tierra siempre está fresca.
Y allí... se encuentra mi perro
tendido cerca de un charco,
respirando con jadeos
y durmiendo como un vago.
Él es así, ya lo he dicho
en otros versos dispersos,
le gusta pasar la vida
le gusta pasar la vida
sencillamente viviendo.
Nunca va a llegar a nada,
Nunca va a llegar a nada,
parece un caso perdido,
no voy a verlo en TV
no voy a verlo en TV
ni trabajará en un circo.
Es un perro, nada más,
Es un perro, nada más,
poca cosa para algunos.
Es un perro, nada menos,
Es un perro, nada menos,
uno más en este mundo.
Llegó a mi casa una tarde,
Llegó a mi casa una tarde,
y llegó para quedarse.
Mueve la cola si come,
Mueve la cola si come,
y también si tiene hambre.
Yo lo defiendo si lo pelean,
aunque confío en sus mordiscos
y no me gusta que lo comparen
con otros perros de mis vecinos.
¿Será el calor quién me conduce
a escribir versos sobre mi amigo?
Que nadie hable, mi perro duerme
y está soñando un sueño mío...
Yo lo defiendo si lo pelean,
aunque confío en sus mordiscos
y no me gusta que lo comparen
con otros perros de mis vecinos.
¿Será el calor quién me conduce
a escribir versos sobre mi amigo?
Que nadie hable, mi perro duerme
y está soñando un sueño mío...
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